Sólo le faltaba incorporar a los empresarios de las grandes empresas españolas para acabar de cerrar su modelo de democracia orgánica. Si el general Franco tenía en las Cortes los tres tercios de representación de la sociedad española de la época: Familia, Sindicato y Municipio, el presidente Rodríguez ya tiene a los trasnochados sindicatos de clase obrera, al lobby gay, los titiriteros de la ceja y la memoria histórica y ahora a estos 40 de Ayete. J.A.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)